Juli Batllevell i Arús (Sabadell, 1864 – Barcelona, 1928) es autor, entre otras muchas obras, del edificio que albergó la fábrica La Energía, actualmente sede del Museo del Gas de la Fundación Gas Natural Fenosa.

JuliBatllevell un gaudinià oblidat

Ubicación

Museo del Gas

Plaza del Gas, 8 08201 Sabadell

Telf. 934 129 640

Tríptico

Sabadell a caballo de dos siglos

La vida cotidiana del Sabadell de fines de siglo XIX y principios del XX seguía el ritmo de los telares de sus fábricas textiles. Entre los años 1890 y 1910, la población de la ciudad pasó de los 20.000 a los 30.000 habitantes. Este crecimiento demográfico conllevó la necesidad de ampliar la trama urbanizada de un término municipal que vio multiplicar sus barrios. Los edificios industriales se situaron, principalmente, en el municipio y en la ribera del río Ripoll. Mientras, la Rambla se convirtió en un eje dinámico y vertebrador de la vida social, económica, política y cultural de la ciudad.

Durante este periodo, Sabadell se consolidó como una de las ciudades abanderadas en el proceso de industrialización en Cataluña, modernizándose y contribuyendo al desarrollo de nuevas fuentes de energía y nuevas formas de organización del trabajo. En las fábricas, las condiciones de trabajo eran muy pesadas y la toma de conciencia de una parte de la clase trabajadora propició el nacimiento y la consolidación de organizaciones sindicales que lucharían por los derechos de los obreros. Son años que se caracterizan por la aparición de teatros, cafés, hoteles, restaurantes y sociedades recreativas, culturales y artísticas que aportaron un contrapunto a la ciudad industrial.

Para la consolidación industrial de Sabadell contribuyeron numerosas familias de fabricantes, que edificaron los despachos en las calles más céntricas de la ciudad. Entre muchas otras, estuvieron los Sucesores de Bonaventura Brutau, Prat Carol y Cía., Sucesora de Cuadras y Prim SA, Enric Turull y compañía, Joan Gorina e hijos, Martí Morral Badia, Buxeda, Sampere, Badia, Baygual, Mateu Brujas, Sucesor de Duran Cañameras y Balsach y Cía.

 

Un paseo por la vida de Juli Batllevell i Arús

Juli Batllevell i Arús nace en Sabadell el año 1864, hijo de Gabriel Batllevell Tort -maestro de obras- y de Dolors Arús Viver. En 1895, Juli Batllevell obtiene el título de arquitecto en Madrid y en 1895, después de ganar un concurso de oposición, es nombrado arquitecto municipal de Sabadell. En 1897, contrae matrimonio con Antònia Poal Coret, con quien tendrá cuatro hijos. El año 1900, la familia Batllevell se traslada de Sabadell a Barcelona, fijando residencia y despacho en la calle Roger de Llúria.

Durante su ejercicio como arquitecto municipal de Sabadell, Juli Batllevell realiza diversas mejoras en el trazado urbano y proyecta edificios emblemáticos, entre los que destacan el Hotel Suís, el Teatro Euterpe y la construcción de la empresa Juan Brujas en comandita de la que fue continuadora La Energía SA, sede del actual Museo del Gas.

Paralelamente al desarrollo de sus atribuciones como arquitecto municipal en Sabadell y Badalona, Juli Batllevell proyectó diversas obras de encargo privado en Sabadell, Barcelona, Molins de Rei, Sant Cugat del Vallès, Sant Pere de Terrassa y Sant Vicenç de Jonqueres. Los encargos privados que obtuvo Batllevell fueron de procedencia muy diversa y lo llevaron a proyectar edificios industriales y despachos textiles, casas señoriales y de veraneo para la burguesía, pero también casas de factura más sencilla.

Juli Batllevell murió el año 1928 en Barcelona a la edad de 64 años.

 

La mirada arquitectónica. La aventura del eclecticismo

Juli Batllevell i Arús ha sido hasta el momento uno de los colaboradores menos conocidos y estudiados de Antoni Gaudí. Trabajó de forma puntual al lado del arquitecto de Reus, tanto en la Casa Calvet como en el Park Güell. Con todo Batllevell no se convertiría en un discípulo de Gaudí, sino que se mantuvo en una pluralidad de estilos, que van del Modernismo al Eclecticismo y al, más avanzado, Novecentismo, unas opciones estéticas que adaptaba a las condiciones de cada encargo e, incluso, a cada ciudad donde trabajó.

Así, en una época en que proliferaba la arquitectura de autor, Batllevell optó por mostrarse calidoscópico y disperso, adaptando el estilo al condicionamiento de cada encargo e, incluso, a cada emplazamiento, barrio o ciudad. El común denominador de sus obras destacadas no es la unidad de estilo, que las haría reconocibles de entrada, sino de otras virtudes menos visibles a primera vista como por ejemplo la eficacia en cada encargo, la discreción, la concepción de los espacios y la fluidez entre éstos, la buena distribución, la concepción práctica, la luminosidad, el emplazamiento y la integración en el entorno.

En plena consolidación del Modernismo, entrado el año 1900, Batllevell mantuvo diversas opciones estéticas y elaboró una manera de componer más a la moda. Así, mientras en Sabadell usaba, especialmente, los estucos en forma de ladrillo y de sillares, los arcos rebajados, los elementos florales de piedra artificial, las almenas, los esgrafiados y las decoraciones puntuales de mosaico o de trencadís, en Barcelona se inscribía en la ola Art Nouveau de los elementos vegetales y neorrococó, a la vez que podía proyectar edificios de estilo neoplateresco o el Beaux-Arts afrancesado que se acabaría imponiendo en la década de 1910, cuando el Modernismo empezaría a decaer.

 

Catálogo de la exposición

Publicación Juli Batllevell, un gaudiniano olvidado.

Josep Casamartina i Parassols.

Ed. Fundación Gas Natural Fenosa, 2012.

En venta en la tienda del Museo del Gas.