Estufas

Nombre del objeto: estufa de gas tipo “capilla”
Datación: aprox. 1915-1925
Material: Hierro y cerámica
Número de registro: ES. 98
Colección Catalana de Gas. Museo del Gas

 

El sistema de calentar los hogares ya lo inventaron los romanos, que disponían de unas “tuberías” realizadas con barro que pasaban por debajo del suelo o por las paredes conduciendo el aire caliente que se producía en el sótano de las casas a partir de un fuego con leña. De esta manera calentaban las habitaciones de la casa, un sistema muy parecido a la calefacción actual.

Este sistema se perdió con la caída del Imperio romano y durante siglos la gente calentó las casas a partir de varios sistemas como la chimenea, brasas o simplemente con mantas o pieles.

El cambio drástico se hizo en el siglo XVIII con la revolución industrial, cuando se adaptó un tipo de calefacción parecido al de los romanos pero con vapor caliente.

Pero hasta el año 1892 los inventores británicos R. E. Crompton y J. H. Dowsing no patentaron la primera estufa eléctrica para uso doméstico, a la vez que además se innovaba con la estufa de gas, también llamada salamandra. Estas estufas generan calor mediante la combustión de gas con un quemador, y así se logra calentar el ambiente con rapidez y de una forma limpia y fácil.

Este modelo en concreto tiene una estructura circular y compacta en la parte superior que ayuda a intensificar y concentrar el aire caliente que sale de las aberturas que hay en la parte blanca del aparato. Esta ergonomía también sirve para que el aire circule hacia el exterior y ayuda a mantener el aire caliente durante más tiempo.