La dignidad de un pollo

La dignidad de un pollo es el título de esta pieza publicitaria, emitida por primera vez en 1929 y atribuida a los estudios de cine Emérita Films por encargo de Catalana de Gas y Electricidad (actual Naturgy). A estos estudios ya se había encargado con anterioridad la creación del film La fabricación del gas de hulla en un momento en que el cine era visto como un gran elemento de difusión y propaganda. Este tipo de documentales y anuncios servían para publicitar la imagen de una de las industrias que se erigía como ejemplo indiscutible de progreso y modernidad.

El anuncio en blanco y negro plasma la historia de un gallo que debe ser cocinado en un horno de carbón, y decide que no quiere morir en esas circunstancias, sino que prefiere ser asado en un horno a gas. Por lo que se escapa a la casa vecina, donde disponen de una cocina moderna que funciona con gas.

Entre las ilustraciones animadas aparecen los intertítulos que, con tono satírico, lanzan mensajes de modernidad, confort y limpieza, aspectos claves para el desarrollo y la introducción de los gasodomésticos en los hogares. Fue en ese momento que tuvo lugar la gran revolución de estos nuevos inventos, que facilitarían la vida doméstica en muchos de sus campos, desde rizadores de pelo, a lámparas, calentadores de agua, etc.

Las imágenes del anuncio se inspiran en unas ilustraciones de Joan García Junceda, realizadas en 1927 en motivo del folleto editado para “La exposición de la Industria Hotelera”, celebrada el mismo año y en la que se mostraron las aplicaciones de la energía del gas en el ámbito doméstico. Este tipo de ilustraciones y comentarios, que hoy en día están fuera de lugar, se deben comprender en un contexto histórico y social muy distinto al que, por suerte, vivimos ahora.

Fuente bibliográfica:

Arroyo, Mercedes: <<Gas en todos los pisos. El largo proceso hacia la generalización del consumo doméstico del gas>> [en línia]. Scripta Nova. Revista electrónica de geografía y ciencias sociales, núm. 146 (agosto 2003),