Vaclav Smil: “No hay ningún escenario racional que relegue el gas natural a un papel insignificante antes de 2050”

El científico, calificado como uno de los 100 principales pensadores mundiales según ‘Foreign Policy’, sostiene que “hasta el momento, no hay ningún camino claro ni técnicamente firme hacia la descarbonización”.´

“La Agencia internacional de la Energía prevé que el consumo mundial de gas en 2040 supere en casi un 28% el nivel de 2019”, recuerda el catedrático de la Universidad de Manitoba, que presentó hoy el documento ‘El gas natural en el nuevo mundo energético”, publicado por Fundación Naturgy.

“Cualquier descripción del gas natural como un enorme activo a abandonar, o pensamiento sobre ‘expulsar el gas por completo’ y menospreciarlo como un puente muy corto entre el carbón y las energías renovables, podría representar una gran equivocación”. Así de contundente se muestra el científico Vaclav Smil, calificado como uno de los 100 principales pensadores mundiales según ‘Foreign Policy’, en el documento ‘El gas natural en el nuevo mundo energético”, publicado por Fundación Naturgy.

Smil, que esta tarde protagonizará un webinar de Fundación Naturgy, asegura que “no existe ningún escenario racional que relegue el gas natural a un papel insignificante o que lo convierta en una reliquia del pasado antes del año 2050”.

Crítico con los que se refieren al Acuerdo de París como “un paso importante” en la descarbonización, el experto afirma que “hasta el momento, no hay ningún camino claro ni técnicamente firme” para alcanzar este objetivo.

“Todos los escenarios recientes para 2050 son solo relatos o planteamientos más o menos plausibles, impulsados más por la política que por las capacidades técnicas evaluadas de manera realista, y solo si la UE sigue el curso de descarbonización agresivo durante al menos una década, podremos entender lo que realmente será posible para el año 2050”, sostiene el científico.

Smil recuerda que incluso el Consejo Europeo reconoció en diciembre de 2020 que los estados miembros tienen derecho a decidir su mix energético para alcanzar el objetivo climático de 2030, eligiendo las tecnologías más adecuadas, incluido el gas. “Incluso la descarbonización deliberadamente promovida y administrativamente acelerada no será posible sin el uso del gas natural”, afirma.

Y de nuevo refiriéndose a los datos, recuerda que las cuotas reales presentadas en el documento “Going Climate-Neutral by 2050” prevén que el gas natural suministrará aproximadamente el 20% del consumo interior bruto de energía de la UE en 2030 y aproximadamente el 18% en el escenario de referencia en 2050. “Claramente, en cualquier escenario realista de descarbonización gradual, el gas natural seguirá siendo uno de los pilares del suministro de energía mundial y europeo durante la próxima generación y la única incertidumbre es cómo será su futuro a largo plazo”.

A nivel mundial, el experto recuerda que la Agencia internacional de la Energía, en su último “Stated Policies Scenario”, prevé que el consumo mundial de gas en 2040 supere en casi un 28% el nivel de 2019.

Invertir para tener precios más bajos

Sobre el escenario de precios del gas natural a futuro, Smil es defiende que “una inversión adecuada en el desarrollo de las reservas existentes y la expansión del mercado global debería llevarnos a precios más bajos; por contra, la falta de tales inversiones, combinada con el cierre prematuro de otras capacidades alimentadas por combustibles fósiles (o nucleares), podría conducir a picos de precios aún más altos en el futuro”.

Según el experto, el aumento del precio del gas natural en Europa en 2021 “no ha sido causado por ninguna escasez física inminente del combustible, sino por una concatenación impredecible de eventos”:  un invierno más frío (por lo tanto, una temporada de calefacción más larga), una reducción en la producción de electricidad eólica y una creciente dependencia de las importaciones en un momento en que la demanda mundial se recuperó después de la peor fase de restricciones económicas causadas por Covid.

Tres razones para mantener el gas natural

El científico considera que hay tres razones principales por las que habrá que mantener el gas natural “como un componente principal en el suministro de energía primaria o quizás aumentar su consumo, tanto en los países ricos como en los que están en vías de modernización”: para incrementar la sustitución de la generación eléctrica con carbón y complementar la generación renovable; porque no tenemos otra opción a corto plazo tan asequible y confiable para la producción de calor; y por su difícil reemplazo como fuente de energía en muchos procesos industriales y materia prima en la fabricación de materiales y compuestos esenciales.

“El año 2019 estableció otra tasa de crecimiento récord del 2,3% anual y también un récord en el incremento de las capacidades de GNL”, recuerda Smil, que afirma que a pesar de que la pandemia interrumpió la expansión continuada de la industria mundial de gas natural, en 2022 o 2023 es probable que se vuelva a dar un nuevo récord de demanda.

Según el experto, el mercado de GNL será el indicador más claro de cara al futuro. “La red global de GNL se ha vuelto esencial para equilibrar los mercados y proporcionar flexibilidad y seguridad de suministro”, afirma Smil. “Este mercado verá más cambios estructurales debido a que una gran parte de los contratos de entrega a más largo plazo expirarán durante la primera mitad de la tercera década de este siglo y porque nuevas capacidades de licuefacción seguirán entrando en funcionamiento”, añade.

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